Le llega el turno al apuesto francés, elegante y de ademanes suaves y acogedores. Desayunar con él siempre se asemeja a una agradable velada en mitad de la semana, como un miércoles lluvioso calentitos dentro de casa. Al ver que la rubia camarera no hace mucho caso, comienza la narración de un futuro imaginado en el que la chica será una vieja y él estará criando malvas. Para terminar le dice sin tapujos que espabile.
Cuando vd. sea una viejecita en casa al atardecer,
sentada cerca del fuego, enhebrando aguja e hilo,
dirá cantando mis versos, encantada de leer:
Ronsard me piropeaba, mi belleza le tuvo en vilo.
Al punto no habrá sirvienta que al oír esa noticia
aunque medio dormida estuviese al coser la prenda
con el sonido de mi nombre no mirara con malicia
alabando vuestro nombre convertido ya en leyenda.
Yo estaré bajo tierra, como fantasma deshuesado
entre mirtos ensombrecidos tomaré mi reposo
pero usted será junto al fuego una vieja encogida.
Lamentando mi amor y su rechazo atormentado.
Vivid, si me creéis, no esperéis el futuro dudoso
coged desde ya mismo las rosas que da la vida.
Pierre de Ronsard (1524-1567)
Quand vous serez bien vieille, au soir à la chandelle, / Assise aupres du feu, devidant et filant, / Direz chantant mes vers, en vous emerveillant: / «Ronsard me celebroit du temps que j’estois belle» / Lors vous n’aurez servante oyant telle nouvelle, / Deja sous la labour à demy sommeillant, / Qui a bruit de mon nom ne s’aille resveillant, / Benissant vostre nom de louange inmortelle. / Je seray sous la terre, et fantôme sans os / Par les ombres myrteux je prendray mon repos; / Vous serez au fouyer une vielle accroupie, / Regrettant mon amour et vostre fier desdain. // Vivez, si m’en croyez, n’attendez à demain: / Cueillez dés aujourdhuy les roses de la vie.
Julio Alcalá
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