Ahí interrumpe el desayuno un cordobés. Un tipo feo pero simpático, con su gracejo fluido y a la vez certero e hiriente. Le deja claro a la camarera que goce de lo mucho y bueno que le ha dado la vida. ¡Ahora o nunca!.
Por algo sus compañeros le llaman el viernes, que según los cultos viene de Venus, diosa del amor.
Mientras por competir con tu cabello
oro bruñido, el sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio del llano
mira tu blanca frente el lirio bello;
Mientras a cada labio, por cogerlo,
siguen más ojos que al clavel temprano,
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello.
Goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lirio, clavel, cristal luciente,
no solo en plata o viola truncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.
Góngora (1561-1627)
Julio Alcalá
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