Estamos acostumbrados a pensar que con quien estamos son los mejores, que los demás no se acercan ni de lejos, al nivel de bienestar que nosotros podemos alcanzar con quienes nos rodean. Que nuestro grupo es el que mejor se lo pasa.
Pero, realmente, en el momento en el que te relacionas y, conoces gente que no pensabas que existía y, que, realmente, vale la pena.
Nos conformamos con lo que tenemos y no sabemos lo que nos perdemos más allá de la esquina.
Simplemente, saludando o con un gracias; visitando nuevos sitios y paisajes; respirando aires nuevos… Encontramos personas maravillosas.
Y cuando piensas que ya tenia a tu mejor amigo, de repente, te surge otro.
Vivimos en tiempos en los que en lugar de personas, empezamos a comportarnos como ciborgs automatizados y desnaturalizados.
Sustituimos visitas por mensajes y abrazos por clics.
El mundo está repleto de personas maravillosas. Solo es cuestión de relacionarte. Solo así puedes encontrarlas.