A LA HORA DE LA COMIDA I
En 4 septiembre, 2017 | 0 Comentarios

Se hace llamar Máximo de nombre artístico, pues en realidad se llama Charles. Comparte mesa con un grupo de residentes americanos a la hora de la comida. Entre bocado y bocado habla de lo que ha hecho esa mañana.

Se dijo Máximo a sí mismo.

I

He tenido que aprender las cosas más simples, al fin.

Aquello que las convertía en dificultades.

Incluso en el mar fui lento, en el sacar la mano,

o para cruzar una cubierta mojada.

El mar no era, finalmente, mi oficio.

Pero incluso en mi oficio, con el mismo, me quedé distanciado

de lo que me era más familiar. Me retrasé,

pero no quedé contento con el argumento generalizado

de que tal aplazamiento fuera ahora de la naturaleza de deber obediencia

a que todos seamos lentos en un tiempo lento, que compartimos muchos,

y de que lo único no es fácilmente cognoscible.

Pudiera ser, aunque la agudeza ( el colorante)

que noto en los demás. tenga más sentido

que mi propio distanciarme. Las agilidades

que muestran a diario aquellos que resuelven problemas cotidianos

o los de tipo físico, de una forma tal que yo creo que no he podido hacer jamás.

He escrito diálogos,

discutido textos antiguos,

iluminado con la luz que he podido,

ofrecido aquellos placeres que me permitió la docencia

¿Pero y el conocimiento?

Esto es lo que hice para ser entregado,

una vida, el amor, y el mundo desde mi perspectiva humana.

Cual fichas.

Mas sentado aquí observo el viento

y al pescador, probando sin encontrar certezas.

Conozco los recovecos del tiempo metereológico,

de donde proviene y hacia donde va.

Pero mi auto estima, esa la valoré

por su bienvenida o su rechazo hacia mi.

Y mi arrogancia no se vio

ni disminuida ni aumentada,

por la comunicación.

II

Es el incompleto negocio

del que esta mañana hablo con el mar,

que se extiende a mis pies.

Charles Olson (1910-1970)

1

I have had to learn the simplest things last. Which made for difficulties. Even at sea I was slow, to get the hand out, or to cross a wet deck. The sea was not, finally, my trade. But even my trade, at it, I stood estranged from that which was most familiar. Was delayed, and not content with the man’s argument that such postponement is now the nature of obedience,that we are all late in a slow time, that we grow up many. And the single is not easily known It could be, though the sharpness (the achiote) I note in others, makes more sense than my own distances. The agilities they show daily who do the world’s businesses And who do nature’s as I have no sense I have done either. I have made dialogues, have discussed ancient texts, have thrown what light I could, offered what pleasures doceat allows But the known? This, I have had to be given, a life, love, and from one man the world. Tokens. But sitting here I look out as a wind and water man, testing And missing some proof I know the quarters of the weather, where it comes from, where it goes. But the stem of me, this I took from their welcome, or their rejection, of me. And my arrogance was neither diminished nor increased, by the communication

2

It is undone business I speak of, this morning, with the sea stretching out from my feet

Charles Olson (1910-1970)

Julio Alcalá
Julio’s Blog

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