Los hermanos Lumiêre, inventores de aquel primitivo cinematógrafo llegaron con sus aparatos a Madrid el 15 de mayo de 1896. Aquel mismo año se hizo una exhibición del “invento” en Castellón de la Plana el 6 de diciembre, cinco días antes de que se diera a conocer en Barcelona y tres después de que se hubiera presentado en Valencia. Aquella novedad tuvo lugar como prólogo de una sesión de teatro en verso en la que los espectadores que acudieron al Teatro Principal, pudieron ver unos documentales. Fotos hermanos Lumière
Ya en 1910 se inauguró el cine la Paz, situado en la esquina de la calle Asensi con la de Herrero. Permaneció abierto durante ocho años, pero el 17 de noviembre de 1918, hubo que lamentar un triste suceso durante la proyección de la película “Los huérfanos del puente de Nuestra Señora”. Era un día lluvioso y el cine se encontraba lleno de niños. En uno de los cortes de la proyección, alguien gritó: ¡Fuego!. Algunos espectadores repitieron el grito y aunque luego se supo que nada había ocurrido, la gene comenzó a huir. Algunos paraguas hirieron a un buen número de personas. Los espectadores se amontonaron, aprisionándose unos a otros. El día siguiente se celebró un multitudinario entierro, los cuerpos sin vida de 23 niños y un soldado, la mayor parte de ellos muertos por asfixia, fueron trasladados al Cementerio Municipal donde, posteriormente se construyó un panteón en el que ahora reposan sus restos. El cine la Paz reabrió las puertas con el nombre de cine Ideal, pero los castellonenses ya no asistían al recordar la tragedia. Aquella vieja sala fue derribada y sobre su solar se construyó el Rialto que, al desaparecer, dio paso a un restaurante y un par de años más tarde a la popular perfumería que existe en la actualidad. Fotos cine la Paz y El Rialto
El interés por el cine en la capital y algunos pueblos de nuestra provincia fue en aumento. Poco a poco comenzaron a instalarse proyectores en locales espaciosos que nada tenían que ver con los que más tarde. Fue, sin duda, el excelente pintor castellonense Vicente Renáu quien construyó sobre el solar de la antigua Posada de la Estrella, después de regresar de México donde había fijado su residencia para ejercer su vocación artística y dirigir algunas salas de cine, un bonito edificio en el que fijó su vivienda y edificó el Teatro–Cine Royal que después de la guerra civil, tuvo que castellanizarse y se convirtió en el Romea. También contrató excelentes músicos locales que amenizaban los entreactos con su orquesta. En el Royal actuaron artistas tan reconocidos como doña Concha Piquer. Foto Vicente Renau
Otros empresarios como Salvador Dávalos Masip, Balaguer, Clausell, Vicent, la empresa ESYDE, Casalta o Payá, con su esfuerzo fueron escribiendo la historia del cine en nuestra ciudad hasta que la competencia con la televisión y los nuevos hábitos de vida, hicieron desaparecer la totalidad de las 22 salas de cine que llegaron a existir en Castellón de la Plana. Foto cine.
