Soy Alejandra Martínez Clement, nacida en Castelló en 1990. Maestra de carrera pero
sobre todo de vocación, especialista en educación especial, con máster en dificultades del
aprendizaje y trastornos del lenguaje.
Desde bien pequeña me ha gustado escribir y mis padres y docentes siempre me han
reforzado en este sentido. En la escuela, participé y gané varios concursos de literatura y
poesía infantil y desde entonces, siempre llevaba encima mi libreta de poesías, donde
escribía sobre las personas y hechos más significativos de mi vida. ¡Qué recuerdos me
vinieron a la cabeza, pero sobre todo al corazón, cuando un día mi madre me trajo esa
libreta! La había guardado todos estos años como un tesoro y al volver a leer aquellas
poesías, el gusanillo de la escritora se volvió a meter dentro de mí.
Al acabar la carrera de magisterio y empezar a estudiar para las oposiciones, decidí
enfocar mi programación didáctica desde la perspectiva de los cuentos infantiles,
relacionando cada contenido con un cuento diferente. Después de una búsqueda exhaustiva
que casi acabó con mi paciencia, me planteé ¿y por qué no escribir tú misma los cuentos que
te gustaría trabajar? ¿Y si estos cuentos no solo contaran una historia sino que explicaron
fenómenos reales? Y de este modo creé «La Gota Mariota» (y algunos otros personajes que
de momento, están a la espera), con el fin de acompañar y ayudar a los alumnos en la
comprensión de unos contenidos que pueden resultar un poco complejas desde un punto de
vista teórico.
Casualmente, un buen amigo de la infancia se dedica al mundo de la ilustración, y todo hay
que decirlo, es más que bueno, ¡es un artista de pies a cabeza! Le propuse la idea de darle
vida a mi gota de agua y poco a poco, fue tomando forma. El cuento quedó muy completo y
vistoso, dándome la oportunidad de destacar notablemente ante el tribunal de oposiciones.
Pero desde este momento, «La Gota Mariota» quedó un poco abandonada en el fondo de un
cajón, esperando ser rescatada, hasta ahora… En mi escuela se planteó trabajar el ciclo del
agua como proyecto general de centro, y aquí la recordé, la rescaté y la reparé. Mariota ha
vuelto con más fuerza que nunca, con un look mucho más atractivo y muchos contenidos a
enseñar, dispuesta a embaucar a grandes y pequeños.
Este cuento y todas las demás ideas que tengo en mente, van enfocadas a favorecer los
procesos de enseñanza aprendizaje de los niños/as pero sobre todo, a hacerles felices. En
noviembre de 2019 tuve una niña, Emma, ¡terremoto, alegría y amor puro todo en una!
Parece mentira como pasa el tiempo y más si cabe cuando eres madre. Soy consciente que
en menos de lo que dura un suspiro, Emma estará en edad escolar y para mí sería un sueño
hecho realidad que ella me pidiera que le leyera el cuento de «La Gota Mariota», que
disfrutara mirando los dibujos, que me hiciera preguntas al respeto, que pensara en
Mariota cada vez que lloviera o nevara, cada vez que se bañara en el mar, cuando mirara las
nubes en el cielo…
Des del año 2013 ejerzo de maestra de Audición y Lenguaje y desde el curso 2017 estoy
adscrita en el Centro de Educación Especial de Castelló. He trabajado en escuelas
ordinarias y en institutos de educación secundaria pero desde que trabajo en el centro de
educación especial, mi concepción de la educación ha sufrido un giro más que destacable.
Soy partidaria de la inclusión ante todo pero me gustaría que quedara constancia de la

importancia de los centros de educación especial en nuestra sociedad. Cada niño/a es
único/a, con unas capacidades y unas necesidades específicas que tienen que ser la base
para la construcción de una respuesta educativa ajustada. Aunque parezca una paradoja el
hablar de inclusión en una escuela de educación especial, sí que es posible. La escolarización
en un CEE solo se lleva a cabo cuando las necesidades del alumno/a no pueden ser
solventadas por los recursos del centro ordinario pero, ¿no es la esencia de la inclusión
ofrecer todas las oportunidades necesarias a los alumnos en función de sus necesidades?
Esto es el que tiene que primar en los CEE: enfocar la educación desde un núcleo adaptado
que ofrece los apoyos individualizados y especializados necesarios, pero abriendo la escuela
a la sociedad y potenciando al máximo las relaciones con el entorno real.
Con todo esto solo quería hacer un paréntesis, para que todos puedan comprender mis
sensaciones, como me siento al intervenir con casos tan complejos y necesidades tan
graves, cuál es mi concepción de la educación.