SIESTA (RILKE SUEÑA SU PRIMERA ELEGÍA)VII Y FIN
Luego, el espíritu finaliza el sueño diciéndole la moraleja de este viaje por el mundo de la eternidad y las almas y explicando cómo es mayor nuestra necesidad por la memoria de los que pasaron que la suya por nosotros. Y añade que nos pide que escuchemos en la música los sonidos que los del mundo de los muertos nos envían y que sepamos distinguir en el arte las voces del más allá. Recordando la leyenda de Lino el hermano de Orfeo, profesor de música, al que mató Hércules y por cuya muerte se dice que entró la música en el mundo.
Para terminar,
ya no nos necesitan para nada
los que fueron raptados de forma temprana de este mundo,
ya que el espíritu del muerto
se desacostumbra de lo terreno de forma parecida
a como lo hacemos con placidez del pecho materno.
Pero somos nosotros los que sí que los necesitamos,
ávidos de grandes misterios como estamos,
en el luto, muy a menudo,
avanzamos hacia ellos como a una bendición,
¿podríamos existir sin ellos?
¿Ha quedado en agua de borrajas,
aquella leyenda de la muerte de Lino
cuando la primera música,
balbuciente aún
penetrara a través de la rigidez
del asustado espacio
para que un casi joven dios,
quizás barbilampiño para siempre,
hiciera caer en el vacío aquellas vibraciones
que ahora nos elevan, consuelan y ayudan?
Julio Alcalá